Las guerrilleras del Kurdistán sirio: feminismo y defensa. Parte 1
- Irina Bellucci
- 5 may 2021
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La guerra civil siria es un tema muy conocido, por la catástrofe humanitaria que representa con los millones de refugiados que huyeron buscando una vida mejor. En este artículo lo que buscamos exponer y dar a conocer es cómo las mujeres en las guerras son las más perjudicadas, ya sea de manera directa (por violaciones, asesinatos, desapariciones) o indirecta (porque se vuelven cabezas del hogar, sufren persecuciones, desabastecimiento, hambre, miseria, escaso acceso a la salud, deserción escolar) y “debido al incremento de la inseguridad y al temor de ser atacadas, las mujeres huyen con sus niños: se sabe muy bien que la mayoría de los refugiados del mundo está constituida por mujeres y niños” (Lindsey, 2000). No obstante, durante esta guerra se creó una milicia femenina conformada mayoritariamente por kurdas, en Rojava el norte de Siria. Ellas decidieron luchar contra el Estado Islámico entre el año 2012 y 2018, en vez de huir y dejar sus hogares.

El EI fue avanzando por el país, tomando ciudades, obligando a la población a convertirse a su percepción extremista del islam o morir. También realizaron ataques suicidas y con bombas a la población civil y tomaron prisioneros a mujeres y niños, así como a personas pertenecientes a minorías religiosas. El EI a las mujeres y niñas las convirtió en esclavas sexuales y se las “regalaba” a sus mejores combatientes, estableciéndose una red de trata y tráfico ilegal de personas. Nadia Murad, yazidí iraquí refugiada en Alemania y premio Nobel de la paz en 2018, relató este hecho en su autobiografía. Ella relató cómo a los hombres de su pueblo los asesinaron, a los niños los reclutaron como soldados y a las mujeres y niñas las vejaron y obligaron a casarse y ser esclavas sexuales de los combatientes. Estas acciones perpetradas por parte del EI fueron denunciadas tanto en organismos internacionales como la ONU, Amnistía Internacional como por actores no estatales.
Todo esto generó desplazamientos internos. Además, los kurdos fueron dejados a su suerte por las fuerzas gubernamentales y por el ESL. EL EI les tenía un encono especial por una cuestión étnica-religiosa: los considera infieles. A eso se le agrega el atractivo de que el norte de Siria es un territorio estratégico ya que posee gas, petróleo y tierra fértil, razón por la cual el EI lo codiciaba tanto. Los kurdos que vivían en esta zona fueron particularmente vulnerables al avance del EI. Pero mientras la mayoría de la población siria huía a los países vecinos los kurdos decidieron quedarse y pelear por lo que consideraban propio, además de que tuvieron pocas chances de escapar tras haber quedado acorralados, mientras las fuerzas gubernamentales no llegaban en su rescate.
Las YPJ son una unidad autónoma de las YPG (Unidades de Defensa del Pueblo), que a su vez dependen del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán). Son voluntarias que desde el 2012 se agruparon para combatir. La mayoría proviene de familias pobres y una vez que se unen, las reclutas reciben todo tipo de instrucción en técnicas de guerra. Algunas, que el EI las usaba como esclavas sexuales (el destino de ellas era satisfacer sexualmente a los combatientes del grupo terrorista), se integraron luego de escapar. Eran conscientes de que podían morir en combate, pero se unieron porque preferían eso a tener el destino de las mujeres que eran capturadas.
Los kurdos son la minoría étnica más grande en Medio Oriente, más de 30 millones de personas repartidas en diversos países (Siria, Turquía, Irak e Irán). Pese a eso no tienen reconocimiento alguno y ya previo a la guerra debían ocultarse para no ser perseguidos y sufrían discriminación y marginación. Las YPJ mostraron con su accionar que son una oposición, tanto al sistema patriarcal reinante en Medio Oriente como al EI. Esto está inspirado en las ideas del feminismo islámico que tuvieron preponderancia en la Primavera Árabe y en la Jineología o “Ciencia de la Mujer” que busca mostrar cómo éstas hacen historia y participan en la sociedad. Consideran que si no se defienden ellas mismas nadie lo hará.
Los sacrificios a los que se enfrentan son mayores a los que se enfrenta un soldado regular, porque van en contra de lo que se les ha dicho, de cómo las han educado: que deben casarse y dedicarse al hogar y a tener hijos. Debemos recordar que los kurdos tienen su propia lengua y una cultura milenaria. Con la guerra civil de todas maneras mostraron que deben cuidarse solos. No recibieron ayuda de la comunidad internacional, sino suministros y comida de las comunidades locales. Recién en la Batalla de Kobane recibieron armas y municiones de EE. UU.
La meta de las YPJ es una organización civil democrática, ecológica y feminista, para llegar a una paz estable en Medio Oriente, logrando que convivan diferentes etnias y religiones. Recordemos que las YPJ están bajo la administración del PKK o Partido de los Trabajadores del Kurdistán que tiene como ideología al Confederalismo Democrático, concepto basado en una proclamación de Abdullah Ocalan. Actualmente es la forma de gobierno en Rojava, y este sistema cree en la democracia participativa radical de estilo ateniense, de la base hacia arriba. Lo que se busca es que haya una confederación de estructuras autónomas de la sociedad como consejos de la juventud o consejos de mujeres, así como también de cooperativas y ONGs.
Estuvieron involucradas en la Batalla de Kobane- que duró desde septiembre del 2014 hasta marzo del 2015- y su accionar les permitió expulsar -en conjunto con otros actores como fuerzas kurdas y gubernamentales y con el apoyo de una coalición internacional, al Estado Islámico de dicha ciudad y a recuperar Rojava. Esto fue lo que les permitió lograr visibilización internacional. Otro hito es que fueron clave en el rescate de los yazidíes escondidos del EI en el Monte Sinjar, despejando un corredor de más 100 km para que tengan un paso seguro hacia Rojava donde recibieron atención médica inmediata, así como alimentos y refugio.
Asimismo, hicieron una revolución cambiando la configuración política de su territorio. El programa implementado por las YPJ fue muy inclusivo ya que se alentó la participación de personas de distintos orígenes (kurdos, árabes, asirios, árabes sirios y turcomanos sirios) y religiones (musulmanes, cristianos y yazidíes). Las YPJ marcaron un antes y un después en Rojava. Como actores locales, debieron asumir acciones directas, no sólo para defender sus derechos como mujeres, sino también para colaborar en la defensa del Kurdistán sirio, de las amenazas del EI y de las arbitrariedades del gobierno. Las YPJ no toleraron más la inequidad.
Trabajos citados
Lindsey, C. (30 de Septiembre de 2000). ICRC. Recuperado el 2021, de ICRC Web site: https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/5tdp9q.htm
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