Israel consolida su rol como potencia regional del Medio Oriente
- Emilio Alejandro Rufail
- 13 oct 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 oct 2021
Por Emilio Alejandro Rufail (*) para el Observatorio de Medio Oriente de la UAI
La reciente apertura de la Embajada israelí en Bahréin marca un nuevo e histórico paso en el acercamiento de Israel a sus vecinos árabes. Debe resaltarse que se trató de la primera visita oficial de una autoridad israelí, en este caso el Ministro de Relaciones Exteriores Yair Lapid, a este reino árabe del Golfo.

La salida del entonces Presidente Trump de la Casa Blanca había causado preocupación en Tel-Aviv sobre el futuro de los acuerdos de Abraham –hechos a su medida- y el establecimiento de relaciones con más países árabes.
La llegada del Presidente Biden al poder no ha impactado de sobremanera en los intereses israelíes, ya que, aunque la intensidad de los contactos entre la Administración Biden y el Gobierno israelí sea menos frenética de lo que sucedía con los gobiernos anteriores, la alianza entre ambos Estados es inalterable.
Por su parte, Israel ha sabido capitalizar el hecho que las prioridades de Washington están cambiando, podría afirmarse que independientemente del valor estratégico de la región, tanto el Medio Oriente como el llamado gran Medio Oriente o Medio Oriente extendido ocupa en la actualidad un segundo orden para Washington. Los Estados Unidos prefieren, en la actualidad, gestionar sus intereses allí principalmente por medio de sus aliados regionales, entre ellos Israel y Arabia Saudita.
La decisión de abandonar Afganistán ha sido la muestra más calara de este cambio de prioridades, la Administración Biden ha decidido que debe focalizar sus esfuerzos en China y su influencia en la región de Asia-Pacifico.
Las negociaciones por los temas nucleares entre Washington, la troika europea e Irán, mantienen en vilo a Israel y a sus nuevos aliados árabes, siendo además de los intereses comerciales, este asunto el principal motivo para aunar fuerzas en contra de la amenaza que según ellos configura Teherán con sus planes nucleares y su influencia en los asuntos internos de varios países de la región.
En dicho contexto, ha trascendido que existirían negociaciones con Omán para que se convierta en el próximo Estado árabe en normalizar sus relaciones con Israel. Omán había manifestado oportunamente su beneplácito por la normalización de las relaciones entre Israel y Bahréin. Las autoridades omaníes aún no han tomado la decisión, ya que están evaluando el impacto que la misma tendría en sus relaciones con Irán.
Estas acciones convierten a Israel como un actor regional pleno, considerado un socio indispensable por algunos de estos países árabes, ya que Irán además de la cuestión nuclear ha articulado una alianza que incluye a China y a Rusia, país con el que comparten intereses en Siria, lo cual según los analistas alimenta la conflictividad y las tensiones en la región.
Este rol le ha permitido a Israel seguir, sin prisa ni pausa, consolidando el control de los territorios palestinos ocupados, ante la indiferencia de una parte de la comunidad internacional, y la complacencia de otros miembros.
El acercamiento entre los Estados árabes e Israel no ha tenido su correlato en las sociedades de los países árabes que han normalizado sus relaciones con el Estado hebreo, ya que la llamada calle árabe considerada que deben preservarse los derechos del pueblo palestino y entienden que estos acercamientos no han contribuido en nada a ello.
A pesar de haberse ido, el legado de Trump parece que será duradero en esta región del mundo.

(*) Emilio Alejandro Rufail es el Director del Observatorio de Medio Oriente. Magister en Diversidad Cultural. Especialista en Estudios Árabes, Americano-Árabes e Islámicos. Lic. en Relaciones Internacionales. Profesor universitario de Seguridad Internacional y Seminarios sobre el Medio Oriente, y África del Norte, Mundo árabe, Mundo Islámico (Universidad Abierta Interamericana y Universidad Católica de Córdoba)
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