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Las controversias del régimen saudita

  • Foto del escritor: Emilio Alejandro Rufail
    Emilio Alejandro Rufail
  • 9 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

Por Francisco Díaz Román (*) para el Observatorio Medio Oriente de la UAI


Arabia Saudita, es una de las monarquías más ricas y poderosas en la región del golfo Pérsico, y también es uno de los países más controversiales y polémicos del Medio Oriente.



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Esto se debe a un conjunto de características particulares y únicas como: su forma de gobierno, la legitimidad del poder de la realeza, los aspectos jurídicos basados en la Sharía (Ley Islámica) y sus estrechas relaciones con las potencias occidentales -principalmente con los Estados Unidos- en diversas materias (aspectos comerciales, de defensa y en especial la venta de hidrocarburos).

Arabia Saudita es una monarquía de índole absolutista, el tipo de organización política donde hay un sólo individuo -el rey- que tiene todo el poder. De esta manera, todas las facultades y capacidades del Estado se concentran en esa figura política. No existe una división de poderes y tampoco una constitución, por lo cual, el país se basa en la regla que otorgada todo el beneficio a la familia real (un fuerte centralismo político en la realeza saudita).

En la cultura islámica, la política y la religión van de la mano y esta le da al rey, como también a los miembros de su Casa Real, la condición de ser los becarios de Dios en la tierra, lo cual, les proporciona una legitimidad de carácter religioso. Por eso, el poder del rey no admite disputa alguna u oposición al mismo, ya que se encuentra legitimado y tiene su cumplimiento avalado por la Sharía, la norma jurídica por la cual se rige este país.


El incumplimiento de esta norma jurídica se castiga en muchos aspectos de la manera coercitiva, como, por ejemplo en el caso de la homosexualidad penada con la muerte o los derechos humanos que “no hacen valer por sobre aquellos derechos dictados por Dios porque significaría una blasfemia que no pueden ni deben aceptar “.[1]

Además, debe tenerse en cuenta que el Estado Saudita es el producto de una alianza entre la Casa Al Saud y el wahhabismo, una escuela islámica considerada como una de las más conservadoras, con fuertes conexiones con grupos extremistas pertenecientes a la rama sunita del islam.

Respecto a las emanaciones de poder de la realeza sobre otros ámbitos del Estado saudita, es importante señalar que el rey y la familia real tienen un total control sobre las decisiones militares y económicas de este estado árabe.

En ese sentido, el rey, como Jefe de Estado y de Gobierno, designa el Consejo de Ministros y es él, quien determina la política económica que se llevará a cabo. Asimismo, es el Jefe de las fuerzas armadas sauditas, y tiene la potestad de declarar la guerra.

Este país es un relevante generador de alianzas comerciales, siendo el miembro muy reconocido de la OPEP, del FMI, de la OMC, de la Liga Árabe, y, uno de los principales exportadores de petróleo en el mundo.


Además, debe descartarse que Arabia Saudita es considerado como el principal aliado árabe de Occidente en materia de seguridad en la región, la lucha contra el terrorismo y es un importante cliente para las compañías armamentísticas estadounidenses y europeas.

Luego de haber descripto y analizado algunas de las principales particularidades y controversias que caracterizan a Arabia Saudita esperamos haber contribuido a una mejor comprensión del rol y la influencia de este reino árabe en diversos aspectos y rubros tanto en el ámbito regional como internacional, que lo han erigido en un actor de relevancia.

[1] Mires & Mires

(*) Francisco Díaz Román, es un alumno avanzado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la UAI.

 
 
 

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