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Turquía: Encuentros y desencuentros con sus vecinos

  • Foto del escritor: Emilio Alejandro Rufail
    Emilio Alejandro Rufail
  • 17 sept 2020
  • 6 Min. de lectura

Por Irina Bellucci (") para el Observatorio Medio oriente de la UAI


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Si analizamos Medio Oriente y los hechos de actualidad notaremos que en Turquía la conflictividad también está en pie y a la orden del día. Hay diversas aristas para analizar en este país que es el nexo entre Europa y Asia. Si bien está conformado por un 90% de musulmanes, es un Estado laico desde la década del 20. Como miembro de la OCDE, la OTAN, la OCSE y del G20 no genera dudas de que se trata de un país de peso fuerte en la región.

Desde el comienzo de la guerra en Siria, es el país que más refugiados recibió, lo cual afectó su relación con la UE ya que esta le encomendó que frenara la oleada de refugiados, alojándolos en su territorio, prometiéndole una ayuda económica y financiera que nunca llegó. Cabe recordar que en Turquía hay 3.610.022 refugiados sirios (Operational Portal Refugee Situation, 2020).

Por otro lado, Erdogan, el presidente de Turquía desde el año 2014 (también fue primer ministro desde el 2003 hasta el 2014 y previo a eso alcalde de la ciudad de Estambul entre 1994 y 1998) tiene una relación extremadamente complicada con la oposición desde el intento de golpe de Estado en 2016 por parte de una facción del ejército turco.

Tras el sofoque del mismo, Erdogan encabezó una serie de detenciones masivas contra el grupo o supuestos afiliados al grupo que encabeza Fetullah Gulen, el clérigo pacifista que se encuentra refugiado en Estados Unidos. Dichas acciones llamaron la atención de la comunidad internacional. Esta purga ha sido contra políticos, periodistas, militares, activistas, docentes y hasta alumnos universitarios. También hay menores detenidos en las cárceles con sus madres. La situación es tan crítica que la UE le pidió a Turquía el 29 de agosto pasado que trate “el deterioro de los derechos humanos en el país y las graves deficiencias del poder judicial” (DW, 2020).

“El ministro de Empleo, Mehmet Muezzinoglu, ha declarado a la agencia turca Anadolu que 70.784 funcionarios han sido despedidos desde el golpe como sospechosos de pertenecer a la «Organización terrorista Fethullah Gülen (FETÖ)»” (ABC, 2016). Turquía tuvo un Estado de emergencia que duró 2 años, el cual sirvió de marco para las detenciones irregulares y acciones contra los opositores. Acorde a un reporte de Amnistía Internacional de 2019, se impidieron las manifestaciones, las fuerzas de seguridad hicieron un excesivo uso de la fuerza, se restringieron en algunas provincias las reuniones públicas, se acusó injustamente a los detenidos por acciones que no realizaron, se bloqueó contenido online y se persiguió a usuarios que se manifestaran en contra en la web.

Además, a los funcionarios públicos que fueron despedidos (más de 115.000) siguen sin poder trabajar y se les ha quitado el pasaporte, con lo cual no se pueden ir del país, habiendo quedado en la miseria y sufriendo el estigma social de ser llamados terroristas. Esto ha generado rispideces con la UE. En 2019 se trató, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la situación de algunos funcionarios que sufrieron la desarticulación de sus cargos.

“HRW ha criticado que el "acoso selectivo" en Turquía a defensores de los Derechos Humanos forma parte de una práctica más amplia de detenciones arbitrarias y procesamientos abusivos contra periodistas, políticos electos, abogados y otras personas presuntamente críticas con el Gobierno" (Infobae, 2020). Asimismo, no respeta la libertad de prensa y ha ordenado el cierre de medios opositores. Las denuncias contra las malas condiciones de los prisioneros abundan desde hace cuatro años -deficiente atención médica, impedimento para ver a sus familiares, racionamiento de agua y comida, detenciones arbitrarias, tortura, impedimento de ver a un abogado defensor-, pero no parece que vaya a haber un cambio de rumbo dentro de poco con respecto al tema.

Según la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF), Turquía es uno de los peores países para ejercer el periodismo y ocupa el puesto 157 de 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa (La Vanguardia, 2019).

Otra de las fuentes de discordia entre Turquía y la UE es la “islamización” de la misma. Se potencian las escuelas islámicas, construir mezquitas, prohibir el alcohol, normalizar el uso del velo en las instituciones que antes estaba prohibido (La Vanguardia, 2019). Estas medidas gozan de apoyo en las zonas rurales del país. También fue llamativa la conversión en mezquita de la iglesia milenaria Santa Sofía, patrimonio de la Humanidad. Muchas personalidades de la comunidad cristiana alrededor del mundo observaron la situación con desagrado y recelo. Incluso el Papa Francisco manifestó su pesar ante esta decisión del gobierno turco.

Por otro lado, en el Mar Mediterráneo estos días hubo acción y Turquía fue protagonista. Mientras que con Grecia las relaciones fueron de animosidad hubo cercanía con Libia.

La disputa entre Turquía y Grecia es histórica, y se ha extendido por décadas, por la guerra greco-turca y por el intercambio entre ciudadanos en la primera mitad del siglo XX para homogeneizar la población (los cristianos se fueron a Grecia y los musulmanes a Turquía). Luego, la disputa continuó con la intervención de ambos países en el conflicto de Chipre.

Si bien ambos países son aliados de la OTAN, otros países miembros son más afines a las posturas de Grecia que de Turquía. Sin embargo, en los últimos días estas animosidades resurgieron y las tensiones con la UE se acrecentaron tras las acciones en el Mediterráneo por parte del buque turco Oruc Reis y sus escoltas en una zona que Grecia reclama como propia. La disputa fue llevada a Bruselas por Grecia, defendida por Macron, presidente de Francia, lo que generó el enojo de Erdogan y tuvo que intervenir el Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo, quien pidió tranquilidad.

Las relaciones con la UE se tensaron aún más por esta cuestión (anteriormente ya era ríspida por la situación de los derechos humanos en Turquía). De hecho, Joseph Borrel el 15 de septiembre sugirió que se acercan posibles sanciones económicas y que las relaciones entre la UE y Turquía son difíciles.

Con respecto a la cuestión geopolítica, Turquía recientemente ha incursionado en Libia, país inmerso en una guerra civil. Erdogan, el presidente turco, se reunió con su par libio Fayez al-Sarraj en Estambul, y según un comunicado de la Dirección de Comunicaciones de Turquía se hizo hincapié en la solidaridad mutua para lograr paz y tranquilidad en la región e instó a la comunidad internacional a hacer lo mismo. Además, se abordó la protección de los derechos de ambos países en el mar Mediterráneo (lo cual no es casual debido a la acción previamente mencionada y que es fuente de discordia entre griegos y turcos).

Por su parte, Libia necesita el apoyo ya que está sumida en la violencia tras la guerra en 2014, pese a los acuerdos impulsados por la ONU en 2015. El gobierno está dividido en dos, el gobierno de Trípoli, -apoyado por Turquía- y el de Tobruk, en donde está la Cámara de Representantes. De hecho, el 27 de noviembre del año pasado firmaron memorándums de entendimiento de carácter militar y sobre fronteras marítimas. Así, Erdogan ayuda al ejército libio a derrotar al general Haftar, opositor acusado de golpista. De todas maneras, en el último tiempo Turquía abogó por una resolución pacífica de la situación.

En agosto ya había viajado una delegación turca a Trípoli para reunirse con los miembros del gobierno del Acuerdo Nacional (GNA), buscando un compromiso bilateral para cooperación militar y financiera. Mevlüt Cavusoglu -Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía- le aseguró al medio CNN Türk que también se discutió sobre las empresas turcas que retornarían a Libia post conflicto (incluyendo los pagos por la reconstrucción de infraestructura y cuestión energética en materia de petróleo). Libia necesita reconstruir su infraestructura y Turquía vio en ella la oportunidad perfecta. Ya lo habían intentado en Siria, pero Vladimir Putin se le adelantó al estrechar relaciones con Bashar Al Assad. Las buenas relaciones con Libia le aseguran una defensa antes sus acciones y reclamos en el mar Mediterráneo, a la par de protagonismo en la cuestión económica.

Bibliografía

ABC Internacional. (3 de Noviembre de 2016). Recuperado el 2020, de ABC Internacional Web site: https://www.abc.es/internacional/abci-turquia-despedido-o-suspendido-127000-funcionarios-gulenistas-201611030953_noticia.html?ref=https:%2F%2Fes.wikipedia.org%2F

El Intransigente. (15 de Septiembre de 2020). Recuperado el 2020, de El Intransigente Web site: https://elintransigente.com/2020/09/cada-vez-hay-mas-tension-en-la-relacion-entre-la-union-europea-y-turquia/

Infobae. (8 de Septiembre de 2020). Recuperado el 2020, de Infobae Web site: https://www.infobae.com/america/agencias/2020/09/08/turquia-hrw-urge-a-turquia-a-cumplir-con-la-orden-del-consejo-de-europa-de-liberar-al-filantropo-osman-kavala/

La Vanguardia. (31 de Octubre de 2019). Recuperado el 2020, de La Vanguardia Web site: https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20191018/471046816568/erdogan-presidente-turquia-polemica.html

Noticias de Israel. (20 de Junio de 2020). Recuperado el 2020, de Noticias de Israel Web site: https://israelnoticias.com/medio-oriente/turquia-expandir-papel-siria


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Irina Bellucci es una Estudiante avanzada de la Licenciatrura en Relaciones Internacionales de la UAI

 
 
 

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