Atrapadas por el “Sistema Kafala”
- Lubka Kutna
- 20 oct 2020
- 5 Min. de lectura
Si bien nos encontramos en el siglo XXI, muy lejos de la Edad Antigua cuando por primera vez apareció la esclavitud, o más bien, se reconoció la esclavitud y todas sus formas, es muy triste saber que hasta el día de hoy, después de tanto tiempo que pasó y de tantas luchas que se dieron contra este tipo de opresión, este tema sigue vigente.
Más triste aun, cuando leemos en la Declaración Universal de Derechos Humanos -que fue proclamada por las Naciones Unidas en Paris, el 10 de diciembre de 1948 como un idea común para todos los pueblos y naciones- el Art. 4 que dice: “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”
Uno se puede preguntar:¿Será real, que hoy por hoy existe la esclavitud? ¿No se logró proteger a las personas en lo “básico” que cada uno de nosotros merece, “La libertad”?
Un ejemplo claro de esclavitud, para demostrar que realmente existe, y, además, que los “amos” están protegidos, para que no aparezcan como violadores de los derechos humanos, es el denominado “Sistema Kafala” en los países del Medio Oriente.

Este sistema se utiliza para monitorear a los trabajadores migrantes, principalmente de la industria de la construcción o tareas domésticas.
Me refiero al monitoreo, porque los trabajadores migrantes, tienen que tener un patrocinador -en la mayoría de los casos es el empleador- y son ellos, quienes son responsable de la visa y del estado legal.
Además, estos patrocinadores, en la mayoría de los países del mundo árabe, actúan como una garantía ante el estado por el comportamiento de los trabajadores.
Y aquí es donde surge el problema. El “amo” es responsable del estado legal, y es eso, lo que le permite a tener todo el poder sobre estas personas, y, consecuentemente, lo que significa violar el derecho humano básico, “la libertad” (en la mayoría de los casos retienen los pasaportes).
Teniendo en cuenta cómo funciona este “sistema” es importante destacar, porque las personas deciden “caer” en este tipo de “sistema”, en esta “trampa”.
Creo que con los años ya aprendimos que uno de los motivos más importantes las migraciones es la pobreza (aunque en los últimos años se ha incrementado mucho la migración por motivos de los conflictos armados). Sin embargo, hay muchas personas en situación de pobreza que, aunque carecen de los medios necesarios para hacer legalmente lo correcto, realmente quieren hacer las cosas bien.
Este tema, de querer permanecer en un país legalmente está directamente vinculado con el visado, y como ya mencione anteriormente, este tipo de permiso está en las manos de los que van a emplear estas personas.
Por lo tanto, se puede destacar que por un lado se trata de solucionar el tema de la migración irregular y el tráfico ilícito de migrantes, pero por otro lado, surge el tema de la esclavitud.
Un ejemplo clave de este sistema, son las mujeres migrantes (la mayoría de Sri Lanka, Madagascar, Etiopia, Filipinas) que trabajaban en Líbano, el país más liberal del mundo árabe, como empleadas domésticas.
Muchas de las mujeres que llegan a Líbano, para buscar la libertad y una vida mejor, se encuentran atrapadas por el sistema kafala.
Están completamente explotadas por sus amos (tanto mujeres como hombres), los cuales las asignan los horarios de trabajo -en general es desde las cinco de la mañana hasta las ocho de la tarde-, sin permiso de salir de casa si no es por algún tipo de la tarea vinculada con la casa (compras, niños, etc.).
Usan el castigo violento por si no cumplan con sus tareas, -o sea, si no cumplen con las tareas según su criterio-, no les dan de comer para demostrar la desconformidad con su trabajo, no les permiten comunicarse con sus familias, sufren el abuso sexual.
Tampoco, estas mujeres, tienen el derecho de cambiar el trabajo o casa sin el consentimiento previo de sus amos, y menos pueden abandonar el país.
Y además, para que no sea poco, el sistema kafala se transformó en algunos países en un sistema más pervertido aun, dado a que, los garantes rentan a las trabajadoras extranjeras que no necesiten con un objetivo de obtener una retribución.
Por estas razones, y muchas más, estas mujeres muchas veces no tienen otra que quitarse la vida.
Según cifras del Ministerio de Interior Libanés, al que accedió la agencia IRIN News, dos trabajadoras domésticas migrantes fallecen cada semana por causas no naturales. Algunas mueren tratando de escapar, la mayoría simplemente se suicida cuando ya no aguanta más.
Aunque hasta el día de hoy se hicieron varias denuncias sobre la violación de los derechos humanos mediante este sistema, los pedidos para garantizar los derechos de los trabajadores migrantes, como por ejemplo, que tendría que contemplar el nuevo contrato para estas trabajadoras:
• El derecho de todas las trabajadoras a despedirse y rescindir su contrato de trabajo a voluntad y sin perder de inmediato la condición de inmigración válida.
• El derecho de todas las trabajadoras a cambiar de entidad empleadora sin el consentimiento de la que ya tengan y sin perder la condición de inmigración válida.
• Garantías de que todas las trabajadoras domésticos tienen derecho al salario mínimo nacional, poniendo fin así a la discriminación basada en la nacionalidad de la trabajadora.
• Prohibir que las entidades empleadoras confisquen el pasaporte y el documento de identidad a los trabajadores y trabajadoras.
• La posibilidad de que las trabajadoras domésticas internas salgan libremente de la vivienda durante su periodo de descanso diario y semanal, y la prohibición inequívoca de la práctica de dejarlas encerrados en las casas donde trabajan.
Según Amnistía Internacional, en junio de 2019, el Grupo de Trabajo presentó al Ministerio de Trabajo un plan de acción en el que se establecían las reformas necesarias para desmantelar el sistema de kafala a corto y medio plazo. Sin embargo, el entonces ministro de Trabajo dimitió poco después del estallido del movimiento de protesta de Líbano y no llegó a aprobar ninguna de las reformas propuestas.
Si creemos que la situación ya no puede ser peor, nos equivocamos. Por la crisis económica en la cual se encuentra Líbano, decenas de trabajadoras domésticas migrantes se encuentran en la situación de calle, pidiendo a las embajadas de sus países ayuda. Pero el problema radica en que las embajadas son en realidad consulados dirigidos por “cónsules honorarios” y no funcionarios del Ministerio. Eso significa, que en general estos “cónsules honorarios” son ciudadanos libaneses con muy poca motivación para ayudar a estas mujeres.
[1]También llamado “Sistema Kefala”.
[2]Lado B. La vida en las manos de amo. 08 de Fevreo de 2018. Recuperado de https://ladobe.com.mx/2018/02/kafala-la-vida-las-manos-del-amo/
[3] Amnistía Internacional. 11 de marzo de 2020. Líbano: La nueva consulta sobre el sistema de kafala, una oportunidad de proteger los derechos de la población trabajadora migrante. Recuperado de: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/03/lebanon-new-kafala-consultation-an-opportunity-to-protect-migrant-workers-rights/
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