La Chica Tunecina: Lina Ben Mhenni, una de las heroínas del mundo árabe
- Lubka Kutna
- 16 jul 2020
- 3 Min. de lectura
¿Sabían qué en el año 2011, el Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz declaró: “No se puede alcanzar la democracia y una paz perdurable en el mundo, a menos que las mujeres obtengan las mismas oportunidades que los hombres a la hora de influir en el desarrollo a todos los niveles de la sociedad”?
Destaco los Premios Nobel de la Paz del año 2011 porque, justamente, a finales del año 2010 y durante todo el año 2011, en los países del Medio Oriente acontecían unas revueltas inolvidables, que trasformaron para siempre la sociedad, mostrando que las mujeres pueden jugar un rol muy significativo.
Me gustaría destacar que el Comité noruego, no les proporcionó a las mujeres el reconocimiento solamente con palabras o un discurso formal, sino que, en dicho año les otorgó el premio a tres mujeres representantes de los derechos de la mujer.
Dentro de los nominados, había mujeres que forjaron la primavera árabe como una lucha auténtica por la democracia, por los derechos de las mujeres y por la libertad de expresión.
Una de ellas, a quien quiero presentarles, es Lina Ben Mhenni también conocida como la chica tunecina- bloguera, activista, provocadora y heroína de la llamada Revolución de los Jazmínes (dentro de la población tunecina también llamada la Revolución de la Dignidad).

El 22 de mayo de 2020, Lina hubiese cumplido sus 37 años, pero lamentablemente, después de larga lucha contra una enfermedad crónica, falleció el 27 de enero de 2020.
Lina era hija de Sadok Ben Mhenni (prisionero político y uno de los fundadores del capítulo tunecino de Amnistía Internacional) y Emna (profesora), que fueron un gran ejemplo y estimulo en su vida de activista. En el año 2007, Lina se sometió a un trasplante de riñón, y desde entonces, alentaba y apoyaba toda la experiencia de donación de órganos. Y como era de esperarse, Lina participó en los Juegos Mundiales de Trasplantados y ganó varias medallas en la disciplina de marcha atlética.
A pesar de que su familia era de pocos recursos, consiguió estudiar en Estados Unidos y logró un trabajó dentro de la Universidad de Tuffs como profesora de árabe. Desde ese momento, se empezaron a notar sus primeros pasos de ciberactivismo, usando el espacio de su blog “A Tunisian Girl” para manifestarse y hablar libremente.
Uno de sus artículos revelaba sobre la situación en la Cuenca Minera Gafsa (2008), una mina rica en fosfato, donde los mineros pobres del pueblo de Redeyef, desafiaron por primera vez al régimen del presidente tunecino Ben Ali, que, por medio de un concurso público falsificado, contrataba el personal de fuera de la región, favoreciendo el empobrecimiento del pueblo y reduciendo aún más sus oportunidades laborales.
El presidente Ben Ali era un “gran amigo” de la censura y su régimen trataba de mantener en silencio, usando tácticas represivas a aquellos que contradijeran a su régimen.
La represión y la ausencia de libertad de expresión, marcaba cada día a la sociedad tunecina. Sin embargo Lina, la chica tunecina, recorrió todo el país, y mediante su blog impulsó varias acciones en defensa de los más sufridos, mostrando videos y fotos de la realidad de su país, mayormente censuradas, movilizando al mundo, estimulando al propio pueblo a mirarse en el espejo, ayudando los a entender que no era bueno callar y dejar las cosas como estaban por miedo.
Los muertos, los heridos, la violencia policial, las manifestaciones en las calles, todo eso y más, trajo sus frutos con el derrocamiento del régimen del presidente e hicieron de Lina una heroína del capítulo tunecino de la primavera árabe.
A pesar de la caída de Ben Ali, Túnez siguió con algunas viejas prácticas en cuanto a la censura y libertad de expresión, por lo tanto, Lina continuó su camino y legado como activista prodemocrática, trabajando para conseguir mayor libertad de prensa, el respeto por los derechos humanos y la adopción de políticas sociales que impulsaran el crecimiento colectivo y de la mujer.
Aunque la muerte de Lina dejó un vacío enorme, tanto en Túnez como en otras partes del mundo, estoy muy segura que gracias a ella, a su coraje y a la energía que puso en su lucha, estimuló a muchas personas en todo el mundo, pero especialmente en el mundo árabe, a no bajar los brazos, ni la cabeza.
Excelente artículo. Lamentablemente estar tan "ocupado" con el mundo occidental que no vemos lo que pasa del otro lado. Muy buena reflexión y aporte hacia algo que no es frecuente ver en los medios.
Un mundo cada vez egocéntrico y enfoca a otros problemas o lo que dicte el paradigma del NOV y se deja de prestar atención ante otros sucesos que también son desafortunados.
Era hora de que salgan a la luz estos planteos y problemáticas que muchas veces han quedado en silencio.